Néstor Ahumada
Escritor invitado
La publicidad no es la excepción y siempre las campañas y estrategias por ésta sugeridas, están enfocadas a aprovechar los elementos o circunstancias más favorables dentro de lo que el medio de un país ofrezcan, con el objetivo de que el cliente obtenga el éxito esperado para el posicionamiento y venta de su marca y producto.
Es un momento de dificultad, muchos anunciantes optan por reducir su inversión publicitaria pensando que de este modo tiene mayores posibilidades de sobrevivir en el mercado.
Analicemos que pasa con la actitud contraria, es decir, la visión optimista acompañada de una perspectiva estratégica adecuada.
El mantener presencia publicitaria le está recordando permanentemente a los consumidores las cualidades de nuestros productos, pero aún más importante; le estamos transmitiendo que es nuestra empresa
Es fuerte y posee recursos, lo que le da más valor a nuestra marca a través de un mensaje muy claro: ‘’A pesar de las dificultades tengo la solidez para mantenerme’’ y es, en estos períodos, cuando la gente más necesita que le den confianza.
Recordemos que mantener la inversión publicitaria provoca una respuesta del consumidor, que es información valiosa para mejorar, cambiar o mantener diversas características de nuestro producto y colocarnos en mejor posición que la competencia. Como dijo Mike Cleary, vicepresidente de PROCTER & GAMBLE en Europa, (empresa de US$9,000 millones de facturación en este continente, invierte US$1,000 millones en publicidad):‘’Ni una vez en la historia de la empresa hemos bajado la inversión publicitaria, al contrario, ha aumentado’’. La razón profunda de esto es nuestra fe en la publicidad, sobre todo en período de crisis, ya que al aumentar nuestra presencia publicitaria maximizamos nuestras posibilidades de ganar, porque cuando los tiempos son duros, muchos de nuestros competidores reducen su inversión y si no lo hacen, es porque la han aumentado y con mayor razón, tenemos que mantener la presencia en el mercado.
Por eso pensemos: Si frenamos las iniciativas debido a las dificultades, entramos a una fase oscura, nos aislamos y finalmente desaparecemos del mercado.
Lo que hay que hacer es buscar nuevas formas que se adapten a los recursos disponibles, pero nunca parar la exposición.