Sí, hoy. Necesitamos hacer un cambio de rumbo de la industria publicitaria a un mejor lugar y para eso necesitamos cambiar la mentalidad que tenemos de los jóvenes, que hasta hoy se han visto como frágiles, mimados y sensibles, para entender que más bien son una fuerza motora.
Frente a nuestros clientes, nos llenamos la boca diciendo que entendemos la cultura, que comprendemos a las personas mejor que nadie. Pero esta vez necesitamos llevar este discurso a la acción pero hacia adentro, reconociendo que hay una gran capacidad y potencial de aportar ideas y perspectivas frescas por parte de los más jóvenes.
Si queremos volver hacer atractiva la industria de la publicidad como lo fue en el pasado, necesitamos desmantelar los estereotipos, etiquetas y prejuicios y empezar a aceptar el fracaso como parte integral del proceso de aprendizaje. Para esto es necesario dejar de lado algunas prácticas antiguas y abrazar el hecho que el nuevo talento está buscando algo más que dinero y una carrera lineal.
Antes priorizábamos la estabilidad laboral y el salario como recompensa suficiente al trabajo, hoy lo que vemos es que se está buscando algo más: Un espacio laboral que les permita impactar positivamente en la sociedad pero que además les brinde un sentido de propósito y pertenencia.
Como agencias, nuestra responsabilidad está en entender las necesidades y los deseos que viven en ellos, en vez de pensar que ellos tienen que adaptarse a una “tradicional” forma de hacer el trabajo. Y es que nos tenemos que preguntar si queremos seguir viendo las mismas ideas de hace 10 años o si queremos realmente algo que sólo puede venir de una mente con diferentes desafíos personales y culturales, alguien que nos sorprenda con una mirada del mundo distinta, más empática y efectiva ante los retos de negocio, que es nuestro deber resolver.
Creo en mi opinión tenemos que dejar de decir cosas del “diente al labio” y cambiar de fondo la cultura laboral replanteando la rigidez de nuestros entornos, afianzando y definiendo bien nuestros valores para generar impacto y poniendo en la agenda soluciones que permitan un bienestar mental y emocional.
La verdad es que la generación Z es una de las más diversas y comprometidas con las causas sociales de la historia. Están interesados en temas como la justicia social, la sostenibilidad y la equidad de género. Por lo tanto, en lugar de desestimarlos como una “generación frágil”, debemos verlos como una fuerza impulsora del cambio positivo.
Juan Manuel Ordóñez
Director General de Estrategia BBDO