Tomado de Marketers by Adlatina
Lo informó su CEO Jack Dorsey a través de su perfil en esa red social. “El alcance de estos mensajes debe ganarse, no comprarse”, expresó el ejecutivo.
“Tomamos la decisión de terminar con toda la propaganda política en Twitter a nivel global”. La frase pertenece a Jack Dorsey, CEO de esa red social, quien realizó el anuncio antes de ayer a través de esa plataforma. La justificación que brindó es que –según la compañía– el alcance de este tipo de mensajes debe ganarse, no comprarse.
En su explicación, el ejecutivo adujo que un posteo tiene mucha repercusión cuando la gente decide seguir o retuitear a una persona. No obstante, el hecho de pagar significaba forzar esta situación y él no quería ver que esas acciones de los usuarios estén comprometidas por el dinero.
“Si bien la publicidad en internet es increíblemente poderosa y muy efectiva para los marketers; ese poder conlleva riesgos significativos en la política porque puede usarse para influir en los votos y afectar la vida de millones”, opinó. De hecho, en las últimas semanas, Facebook ha sido criticado por permitir publicidad de la campaña del presidente Donald Trump que, según una parte de la población, difundía mentiras sobre los opositores demócratas.
Vijaya Gadde; líder de legales, confianza y seguridad de Twitter; utilizó también su cuenta en la red social para aclarar que los anuncios que no se mostrarán más serán aquellos que se refieran a una elección o a un candidato, o los que aboguen por o en contra de cuestiones legislativas de importancia nacional tales como cambio climático, atención médica, inmigración, seguridad nacional o impuestos, entre otros.
Dorsey añadió que los avisos políticos en la web presentan desafíos completamente nuevos para el discurso cívico: la optimización basada en el aprendizaje automático de los mensajes y la micro-focalización, la información engañosa no verificada y las falsificaciones profundas. Todo a una velocidad creciente y a una sofisticación y escala abrumadora.
“No se trata de libre expresión –explicó el CEO de Twitter en su mensaje final–. Pagar para aumentar el alcance de un discurso político tiene ramificaciones significativas que la infraestructura democrática de hoy puede no estar preparada para manejar”.