El legado de Chilolo

En aquel entonces no estaba consciente de que había conseguido mi primer trabajo en una de las agencias de publicidad más importantes de la época. Era muy joven, tanto que tuve que sostener una mentira mientras cumplía 18 años y tramitaba mi primer cédula de vecindad. Resultaba difícil discernir la vida estudiantil de la formalidad que requiere un empleo. Para mi buena suerte, Comunica era un lugar que atraía al talento joven.